Gran parte de la producción de Annibale Carracci es de temática mitológica. El tema de Venus, Adonis y Cupido, ya fue representado por Tiziano. La mitología siempre se presta más al estilo clásico que a cualquier otro. Las figuras aparecen en primer plano, detrás contemplamos el paisaje compuesto por un sabio juego de luces y sombras. Venus es de gran belleza, la blancura de sus carnes y la delicadeza de su piel es casi táctil. Desde el Renacimiento, se busca el exaltar la belleza de los cuerpos, tanto femeninos como masculinos. De ahí que el desnudo cobre tanta importancia. Cupido señala un pecho de Venus, al mismo tiempo, nos mira con ironía como si quisiera comunicarnos que acaba de herir a la diosa con una flecha de amor. El que las figuras representadas en la pintura apelen a la atención del espectador es un recurso muy habitual en el Barroco. En la composición se establece un hábil juego de diagonales para dar la sensación de espacio y movimiento. Éste se potencia por la actitud de Adonis, que intenta huir de los brazos amorosos de Venus. Los paños son de abundantes pliegues, lo que contribuye a subrayar aún más el movimiento. |
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